Hace casi una semana, Patricio Gutiérrez, obrero de construcción, maniobraba la retroexcavadora haciendo una zanja para las cloacas sanitarias de un nuevo edificio. Continúa la noticia de El Patagónico - Argentina:
De tanto atravesar esa porción de la obra, Melanio Salvador Miñarro, un electricista de 49 años, fue el que divisó entre las paredes arcillosas del foso unas salientes amarillentas, cortadas por el medio. «Fue el martes por la mañana», narró, «vi que eran como unos huesos raros, después lo miré con más atención. Sí, podía ser un cráneo, porque eso era hueso y no otra cosa».(...) Revisó el montículo de tierra que estaba a un costado y encontró más huesos. Argentino Barría, un obrero municipal, se acercó a Melanio. Es que un curioso atrae a otro como un imán. «¿Qué ves en estos huesos, Argentino? ¿Los ves? ¡Es un bicho! Para mí que es pre-histórico...», le dijo Melanio mostrándole pedazos de algo similar a un costillar. Argentino se convenció de que esos restos eran importantes y fue corriendo a avisarle a la delegada comunal. Al poco tiempo llegó al lugar Luis Loncuante, el responsable técnico de la obra, quien avisó a la Comisión de Fomento.
El inicio de la labor científica fue anunciado para hoy martes. No hay noticias de los últimos días. Sin embargo el sábado, luego de diversas consultas, El Patagónico publicó:
Así, ofreciéndoles vía correo electrónico las fotografías de los fósiles de Fitz Roy, expertos como el paleontólogo y geólogo Jorge Orlando Calvo llegaron a la conclusión de que bajo ningún punto de vista es posible que los mismos correspondan a los de un dinosaurio, sino que se trataría de un gliptodonte, el cual mediría alrededor de 3 m de largo y 1,20 de alto, y pesaría cerca de 600 kilogramos. Según estos profesionales la zona geológica de Fitz Roy corresponde a la era cuaternaria, por lo que es relativamente nueva, lo que concuerda con la era en la que enormes piches convivieran con el hombre hace 10 mil años.
Los gliptodontes eran herbívoros y, por su constitución, se supone que no fueron muy ágiles. Su defensa contra los depredadores se basaba en su caparazón rígida. Las diferentes especies se distinguen por los patrones y tipos de caparazones.
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